El bruxismo, una afección cada vez más común en la consulta dental, está estrechamente relacionado con el dolor en la articulación temporomandibular (ATM). Este dolor puede irradiarse hacia la mandíbula, el oído e incluso toda la cara, afectando la calidad de vida de quienes lo padecen. El origen del problema radica en una contracción muscular involuntaria cerca de la articulación mandibular, lo que comprime los nervios de la zona, generando el dolor característico. A pesar de ser una dolencia frecuente, muchas personas no están familiarizadas con sus causas ni con los tratamientos disponibles.
Una de las principales causas del bruxismo es el estrés. El ritmo de vida moderno y las tensiones cotidianas nos llevan, de manera inconsciente, a apretar los dientes, ya sea durante el día o, más comúnmente, durante el sueño. Este rechinamiento excesivo puede no ser percibido hasta que se presentan síntomas como dolor mandibular, dificultad para abrir la boca o desgaste dental. Además del dolor, el bruxismo puede ocasionar daños graves en los dientes, como fisuras o roturas, comprometiendo la salud bucal en general.
El bruxismo no solo afecta la ATM y los dientes, sino que también puede provocar otros problemas asociados como dolores de cabeza, molestias en el cuello y en los hombros, o incluso tinnitus (zumbido en los oídos). Dada la complejidad de esta afección, es importante que el diagnóstico lo realice un especialista, quien evaluará tanto los síntomas como los factores emocionales y físicos que pueden estar desencadenando el problema.
Afortunadamente, existen diversas opciones para tratar el bruxismo y aliviar el dolor temporomandibular. Entre los tratamientos más comunes se incluyen terapias para relajar la musculatura afectada, como la aplicación de calor, masajes, corrientes eléctricas o incluso infiltraciones. Sin embargo, el tratamiento más eficaz suele ser el uso de una férula de descarga, una protección dental personalizada que se coloca durante la noche. Esta férula evita el contacto directo entre los dientes y ayuda a mantener la mandíbula en una posición relajada.
La prevención del bruxismo pasa por controlar los niveles de estrés y adoptar hábitos saludables. Técnicas de relajación como el yoga, la meditación o la fisioterapia pueden ser complementos útiles a los tratamientos dentales. Si se experimentan síntomas como dolor facial, dificultad para mover la mandíbula o desgaste dental, es fundamental consultar con un especialista para recibir un diagnóstico adecuado y evitar complicaciones mayores.
En Clínica Dental Dr Orts le aconsejaremos sobre cualquier aspecto de su salud bucodental. Consúltenos sin compromiso.
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